Época: Cristianismo
Inicio: Año 1
Fin: Año 2000




Comentario

Se considera a los obispos, conjuntamente y subordinados al Papa, como los Sucesores de los Apóstoles, responsables por tanto del sostenimiento de la Iglesia y continuadores con la labor pastoral de Jesucristo. Repartidos por el territorio católico, están al frente de diócesis o iglesias particulares, teniendo autoridad ordinaria y jurisdicción.
El nombramiento de un obispo consiste en un largo proceso selectivo, diferente en función de las regiones y los distintos ritos católicos. Al final del proceso, el candidato sólo accede al cargo si es aprobado por el Papa.

La acción de asistencia al Papa que desempeñan los obispos puede llevarse a cabo mediante un sínodo, es decir, una asamblea o consejo compuesta por obispos seleccionados de todo el mundo. Sus funciones son diversas, aunque a grandes rasgos es cometido del sínodo de obispos aconsejar al Papa en cuestiones relativas a la fe, de apostolado y de administración de la Iglesia.

El sínodo de obispos depende directamente del Papa, quien puede convocarlo a su discreción, fijar los contenidos de las deliberaciones y elegir al Secretario General, los Secretarios Especiales y hasta el 15% del total de los miembros.

Entre los obispos se distinguen varios tipos:

- diocesano: tiene la responsabilidad sobre una diócesis.

- titular: detenta el título sobre una diócesis ahora inexistente, dedicándose a asistir como obispo auxiliar al obispo titular o al arzobispo.

- coadjutor: Asiste como obispo auxiliar a un obispo diocesano, teniendo derecho a sucesión.

- vicario episcopal: Designado como delegado por un obispo residencial, gobierna una parte de la diócesis y desempeña una labor concreta. Se trata de un asistente que puede, o no, ser obispo.